Terminé de leer "Inherent Vice" de Thomas Pynchon (edición en español, porque soy un flojazo). Pynchon tiene la fama de ser un escritor que ha logrado escapar de las cámaras fotográficas y se conoce muy poco sobre su vida personal. Por ahí dicen que editaba manuales técnicos para la Boeing, que asistió a pláticas de Nabokov y que las fotos de su juventud que se han publicado son falsas. Quién sabe. De lo que si se tiene registro es de su voz en los Simpsons y un comercial para este libro. Vale la pena leer los libros de un tipo así, y dicen que este es el más digerible de los que ha escrito. Estas son algunas citas (y otras cosas) que
me gustaron y que deseo compartirlas con ustedes:
- Estar limpio es ir a la última.
- Esto es como una banda. Una vez que entras, entras "de por vida".
- En la facultad, los profesores le habían enseñado a Doc la útil noción de que la palabra no es la cosa, de que el mapa no es el territorio.
- FOPOAC: Foco Potencial de Actividades de Culto.
- Y tú algún día te tendrás que conforma. (...). Tendrás que ser como los demás.- Eso, claro, es lo que quiere decir. Y ahora el Doc adulto siente que su vida está "rodeada de muertos y vuelven y no vuelven, o que nunca se fueron, y mientras tanto todos los demás comprenden cuál es cuál, pero eso, tan sencillo y claro, es algo que Doc no sabe ver, que nunca conseguirá entender.
- Se propaga, como la sangre en una piscina, hasta que llena todo el volumen del día. Y entonces tal vez un alma traviesa se presenta con un cubo lleno de pirañas, las arroja a la piscina, y al instante prueban la sangre. Nadan por todas partes buscando que es lo que sangra, pero no encuentran nada, y así se van desquiciando cada vez más, hasta que la locura llega a cierto punto, que es cuando empiezan a devorarse unas a otras.
- Todo ha derivado en una fascinación enfermiza (...) y, mientras tanto, el universo entero de los homicidios se ha puesto paatas arriba: bye bye Dalia Negra, descansa en paz Tom Ince, sí, me temo que ya no volveremos a ver más de esos asesinatos con aura de misterio del L.A. de los viejos tiempos. Hemos encontrado la puerta al infierno, y es pedirle demasiado a los ciudadanos de L.A. que no quieran atravesarla en tropel, cachondos y riéndose como siempre, buscando la última emoción fuerte.
- Podrías ser la chica más dulce de la profesión, gastar sensatamente tu dinero, podías ser cuidadosa con la droga, consciente de hasta qué punto podías fiarte de la gente en esa ciudad, es decir, nada; podías ser agradable con todo el mundo (...) y aun así, pese a tus esfuerzos, acabar horriblemente asesinada. En miradas que siempre habías sabido pasar por alto ahora atisbabas el brillo especial de los ojos de un loco (...).
- No es como el pancake de mi madre, pero no está mal, auqnue lo que de verdad me gusta de aquí es el respeto. De eso no te daba tu madre ¿eh?
- La mejor forma de pagar por la suerte que se hubiere tenido, por más efimera que fuese, era echando una mana siempre que se pudiera.
- Hacerles daño fisicamente implicaba algo más que causarles dolor, era arrebatarles su tiempo.
- El oleaje, sólo visible por momentos, le martilleaba el espíritu, y a golpes le desprendería los pensamientos, algunos para que cayeran en la oscuridad y se perdieran para siempre, otros para que quedaran oscilando al borde de la luz intermitente de su atención, tanto si quería verlos como si no. (...) Olvídate del quién... ¿para qué seguía trabajando?
- Lo que se juega aquí es que cada uno esté en su sitio. Nosotros... (...), nosotros estamos en nuestro sitio. Lo hemos estado siempre. Mire a su alrededor. (...) Todo eso es nuestro, y simpre lo ha sido. Y usted, al final de la jornada, ¿qué es?: una unidad más en esta multitud de transeúntes que van y vienen sin parar en la soleada Southland, anhelando que lo sobornen con un coche de cierta marca, modelo y año, una rubia en bikini, treinta segundos encima de una ola, un perrito caliente con chiles, por el amor de Dios (...). Nunca nos quedaremos sin gente como ustedes.
- Esos lazos entre compañeros eran casi lo único que a Doc le había parecido admirable en el LAPD [Los Angeles Police Department]. Pese a la larga y lambentable historia de corrupción y abuso de poder del Departamento, ahí había al menos algo que no habían vendido, que habían sabido conservar para sí, algo forjado en las peligrosas incertidumbres donde se jugaban la vida y la muerte de un día laboral tras otro..., algo auténtico que había que respetar.
- Están destruyendo al planeta (...). La buena noticia es que, como todo ser vivo, la Tierra también tiene su sistema inmune y tarde o temprano empezará a rechazar a los agentes de la enfermedad como la industria del petróleo. Y, con un poco de suerte, será antes de que acabemos como Lemuria o la Atlántida.
- Siento como si me hubiera despertado de un sueño criminal que nunca podré expiar, que cometí un delito que no puedo reparar porque no se puede dar marcha atrás en el tiempo y optar por no comoterlo. Me cuesta creer que me haya pasado la vida haciendo que la gente pague por su cobijo, cuando debería haber sido gratuito. Es obvio.
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